MARIO SEPULCRE

4 Gustave-Mario Sepulcre C on una trayectoria artística orientada en torno a una readaptación del oficio de pintor a la usanza de la Edad Media y del Renacimiento, el artista Gustave-Mario Sepulcre lleva trabajando sobre el enigma de las naturalezas muertas desde el año 1980. Varias veces galardonado y reconocido por prestigiosas entidades artísticas europeas, Sepulcre se vale de una escenografía que, curiosamente, parece emular la representación teatral de una tragicomedia, e incorporando elementos cotidianos, el pincel del artista invita a participar en un minucioso escrutinio, donde el oscuro vacío se convierte en compañero de reparto dentro de una cuidada trama, para acercarnos al descubrimiento de un espejo de nuestros destinos humanos, con sus grandiosas y esperanzadoras perspectivas, sus límites carnales y psicológicos. La naturaleza muerta no se concibe aquí como una bella composición con meros fines decorativos, sino más bien como un espacio enigmático, una interrogación existencial distanciada,…una dra- maturgia. Las numerosas referencias dentro de la historia del arte occidental, así como sus más variadas técnicas, sus grandes formatos y la noción de serie, participan en una nueva adecuación que permite al artista pasar de la emoción a la idea, para prolongarse hacia lo realmente esencial. Con una sólida formación, y dedicado durante años al arte mural, su trabajo desborda el lienzo mostrando elementos propios de naturalezas muertas aunque en unas dimensiones poco frecuen- tes, y donde nada es dejado al azar excepto la propia interpretación del contemplador. Gustave-Mario Sepulcre Oran (Algeria), 1957

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