TEULADA MORAIRA CIUDAD DE CULTURA Y ESCULTURA 2025

9 contextualiza, creando una delicada red de comunicación en- tre arte, sociedad y naturaleza. Y el tejido de esta red es tan robusto como accesible. Invita a experiencias amables. Com- parte visiones y provoca introspección. Es entonces cuando la experiencia artística se eleva, trascien - de y alcanza otra dimensión. Diríamos que se hace mística. Desde el arte, una de las formas más hermosas y singulares de marcar distancias con la incomodidad, la trivialidad o in- cluso el adoctrinamiento incoherente, la vida se tiñe de color. Quizás sea por ello por lo que cada vez conozco a más jóvenes creadores que han sabido ver en el arte un filón mediante el cual poder expresar y representar sus inquietudes, su fuerza y sus ganas. Iniciativas como las de Teulada Moraira, entu - siastas, decididas y dispuestas, hacen hueco a la esperanza de que podamos crecer como sociedad hacia nuevas formas de entendimiento, donde impere la inteligencia, pero de la mano de la sensibilidad y el amor. Espero también que este tipo de iniciativa aliente a los artis - tas –especialmente a los más jóvenes– a no cejar en su empe- ño, a seguir generando arte, dibujando belleza y dispersando cultura en todas sus expresiones, porque, aunque el mundo no nos pertenece, somos parte de él y solamente valiéndonos de esas poderosas herramientas que son nuestra inteligencia y nuestra capacidad de amar, podremos realmente esperar que nuestras sociedades avancen y progresen desde el res- peto y la armonía. E s reconfortante y esperanzador poder seguir proyec- tando, ideando y dando vida a nuevos proyectos ar- tísticos a gran escala, como es el caso. Y lo es también porque me ha permitido descubrir y reconectar con el trabajo escultórico de muchos artistas que han compartido conmigo sus proyectos a corto y largo plazo, sus obras y su manera de transmitir su percepción de la realidad y de la fantasía. Todo esfuerzo para mostrar, preservar y mover la cultura, es sumamente gratificante. Es esencial incluir la dimensión artística en toda política pública para intentar conseguir que tanto los residentes como los visitantes de un lugar disfruten de las bondades geográficas y climatológicas de una ciudad y de su patrimonio artístico. Eso es enriquecer a la sociedad por encima de cualquier otro interés, porque es la cultura lo único que nos hace crecer como personas y como colectivo. El arte afina sensibilidades y dulcifica. Crea sinergias y com - plicidades a través de un lenguaje universal; explica historias visualmente; atrapa miradas de cualquier edad y condición y ayuda a entender que hay infinitas maneras de comunicarse, y que todas ellas pueden ser válidas. Mediante la experiencia y apreciación estética de esos nue - vos lenguajes –basados en lo intangible– que transitan por el terreno de lo emocional, las personas afinan su capacidad sensorial, reaccionan a estímulos nuevos y reflexionan sobre nuevas formas y perspectivas. Eso también es evolucionar. La gran escultura, cuando permitimos que se «infiltre» en nuestros ecosistemas urbanos, crea su propio espacio y se LUISA NORIEGA MONTIEL Comisaria de TEULADA MORAIRA Ciudad de CULTURA y ESCULTURA

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