TEULADA MORAIRA CIUDAD DE CULTURA Y ESCULTURA 2025

16 EL ITINERARIO ESCULTÓRICO En esta su primera edición, y durante un periodo aproximado de seis meses, la belleza natural de Teulada Moraira se verá potenciada con la presencia de una cuidadosa selección de esculturas monumentales, obra de relevantes artistas. De este modo, las calles, plazas y jardines se convertirán en espacios de encuentro y diálogo entre el arte, el paisaje y sus gentes. Son obras de destacados escultores que valiéndose de diferentes lenguajes encabezan algunas de las más relevantes corrientes artísticas contemporáneas. Cada pieza ha sido meticulosamente seleccionada y ubicada, buscando realzar la belleza de cada obra y potenciar su mensaje. Cada una de estas esculturas, por su escala y vocación pública, requiere ser contemplada desde la reflexión y la mayor de las deferencias, porque trascienden la mera forma para impregnar el espacio circundante y dejar constancia de su presencia, su alcance y su legado. Gracias a su tridimensionalidad, la gran escultura prevalece y desafía. Busca la mirada e impone su silencio. En un mundo cada vez más marcado por la fugacidad y lo perecedero, la escultura luce perenne y captura la mirada del paseante, plantando cara a lo efímero con la rotundidad de su encomienda e involucrando, no solamente el campo de lo sensorial, sino también el psicológico. Pero es que, además, fuera de los circuitos convencionales museísticos, la escultura al aire libre se crece y adquiere mayor soberanía y arraigo. Se adentra en la dimensión más espiritual y emocional del espectador que, de este modo, la hace suya, porque el arte no es unívoco y, de su mano, es posible escapar de la cotidianidad para zambullirse en un espacio de poesía visual donde todo adquiere otro sentido. La experiencia de la belleza es algo único, individual e intransferible, producto de una delicada combinación de referentes –aprendidos o imaginados– y de una sensibilidad más o menos educada. No es un concepto más que entender, sino una disposición, en la que uno está o no está, un talento inherente a nuestra naturaleza que tan solo existe –pervive– en la mente humana. La escultura urbana aporta identidad a la ciudad y condesciende al capricho de la naturaleza, a sus luces y a sus sombras, a su canícula y a su frialdad, a la sofisticada singularidad de sus estaciones… y eso le aporta una indiscutible presencia, un valor, toda una serie de connotaciones que la distancian del arte expuesto al abrigo de las inclemencias en galerías y museos. Es encontrada, aunque no se busque, y eso le confiere un arrojo, una honradez. Es legado ymanifiesto, evocación y remembranza, llamada y sugerencia, deleite o introspección. A través de un placentero recorrido que conduce al visitante hasta algunos de los rincones más pintorescos, tanto del casco urbano de Teulada como el de Moraira, el itinerario escultórico propuesto, no solamente evidencia la excelencia artística de sus creadores, sino que también invita a observar despacio, algo cada vez más inusual. Detener por un instante el ruido mental para acceder de lleno al simple acto contemplativo, al instante, al silencio purificador, puede llevarnos más allá de nuestros su - puestos límites sensoriales, y eso es algo realmente magnífico. Vamos a ello. Los escultores y sus creaciones Gigante de Sal es una escultura inspirada en una modalidad de danza japonesa conocida con el nombre de butō o butoh, cuyos orígenes se remon- tan a la posguerra japonesa. La referencia original de la palabra viene a significar «descender a la oscuridad», buscando que el lenguaje corporal transmita lo que el verbal nunca conseguiría. De difícil comprensión para el mundo occidental, la estética de este singular estilo de manifestación artística se sirve de posturas abruptas y frecuentemente improvisadas, dado que uno de sus objetivos es el adiestramiento del cuerpo. La obra hace un llamamiento a la conciencia del ser y a sus poderosas connotaciones, especialmente bajo la presión de circunstancias adversas. La difícil postura del gigante simboliza la dinámica de la vida: caer, rena- cer y aprender del dolor y del fracaso. Refleja la resiliencia y fortaleza del ser humano para renacer tras la tragedia, un mensaje muy actual a la vista de los años convulsos que el mun- do vive actualmente. Una obra que desafía la conciencia y extrae la esencia de la exis- tencia humana: un cons- tante juego de equilibrio emocional, autocontrol, armonía y belle- za. El título de la obra alude a la mitología japonesa se- gún la cual los gigantes son titanes dormidos que des - piertan a veces provo- cando fenómenos naturales. El Gigante de Sal es una alegoría del mar como fuente de vida y de muerte. SOBRE ESTA OBRA: Gigante de sal 2020 Bronce 227 x 342 x 214 cm.

RkJQdWJsaXNoZXIy NzgyNzA=