LIBRO - CATÁLOGO HAITZ DE DIEGO
9 THE VISION - Haitz de Diego el olvido y la desazón; omnipresente sin embargo algún guiño a la esperanza, magistralmente repre- sentada mediante la irrupción de la omnipresen- te, colosal y radiante luz, por tenue que esta sea. La aparente decadencia, el colosal declive de la humanidad ante la impasibilidad frente al horror del conflicto, ya sea este armado o existencial, es motivo de estudio y de respeto de la mano de un artista que sabe embellecer las ruinas valiéndose de más talento que herramienta. Sirviéndose de un lenguaje figurativo muy per - sonalizado, Haitz muestra sin rubor alguno su particular percepción del mundo; ahonda en las capas más íntimas de la naturaleza de las cosas, de los lugares, de los recuerdos. Y no hay contra- dicciones. Provoca una inmersión introspectiva en su particular forma de ver la realidad circun- dante, que sabe manejar hasta convertirla en un manifiesto, una historia difusa que abraza múlti - ples lecturas, pero una única y legítima intención: abordar la sensibilidad del espectador, abrazar todo su potencial perceptivo y mostrarle una vi- sión límpida de una realidad libre de artificios y sumamente poética. Así es como surge el arte; así es como entiendo que debería definirse. Una gran obra de arte la imagino intensa, al margen de toda temática o in- tención. Debe salirse de todo margen, irrumpir en todos los planos de la percepción consciente o in- consciente. Su comunicado ha de ser torrencial, fruto de unas conversaciones privadas entre el artista y sus musas. Ha de ser carismática, mis- teriosa y magnética. Debe hablar de lo insonda- ble, de lo desconocido. Y para ello, no es preciso hacerlo inteligible, porque la magia de una gran obra radica en saber entrar aun sin ser invitado; contravenir preceptos; convertir en inmortal lo pe - recedero; ser soberbia en fondo y forma. Una experiencia inmersiva. Ante la belleza del arte, las emociones desperta- das se aglomeran provocando una cascada de sentimientos —muchas veces dispares— inten- sos y frecuentemente confusos o primitivos. Es la sugestión de la belleza, proceda esta de donde proceda. El arte, en su deliciosa inutilidad (por consenso), su inestimable indefinición, su inde - fectible subjetividad, su unicidad, tiene la cuali- dad de traspasar culturas y generaciones, dejan-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NzgyNzA=