AATIENZA

6 nuevos materiales logró abrirse paso gracias a fervorosos seguidores como Atienza, encuadrándose dentro de una corriente contemporánea expresionista que aprovechaba precisamente el hormigón como elemento escultórico, no ya sólo como soporte, sino con una personalidad propia, gracias a la opción que muchos escultores vieron, de jugar con sus relieves, realces y hendiduras. Es de este modo como el vitral de hormigón alcanza una nueva dimensión, poniendo a disposición de escultores y pintores, su amplio espectro creativo. Es en 1960 cuando Atienza da un giro definitivo en su trayectoria profesio- nal, abandonando el deporte profesional y dedicándole en cuerpo y alma al arte. Tanto en recreaciones de marcado carácter abstracto, muy frecuente en los albores del vitral de hormigón, como en representaciones de línea figurativa, Atienza pareció siem- pre disfrutar a sus anchas con la infinidad de opciones que el acoplamiento de los diferentes materiales le permitía. Marcadamente simbólicas, sus creaciones ya empezaron siendo todo un derroche de fantasía e ingenio creativo. En España no había materiales. Era necesario traerlos de Fran- cia, Bélgica y de otros países europeos, por lo que el coste de las obras se encarecía de manera significativa. Atienza montó su propio taller en Madrid, donde comenzó a fabri- car vidrio de 3 centímetros, vidrio de color y mosaico. Es durante la década de los 60 cuando Atienza, profundamen- te seducido por todo ese gran abanico de posibilidades que la incorporación de materiales arquitectónicos desplegaba, cuando incorpora la cerámica, el aluminio y, como no, el hierro, un metal duro y agradecido que aportaba una ma- yor carga expresiva a todas y cada una de las piezas con las que se veía comprometido. Su primer mural cerámico se ubica en el Hotel Carlton Rioja de Logroño. Este dilatado periodo de tiempo, durante el que Atienza supo nutrirse de todo aquello que pudiera aportar sazón y fuerza a sus proyectos artísticos, vino a representar todo un proceso de asentamiento creativo. A modo de precavido cosechador, supo el artista atesorar técnicas y materiales varios, garantizándose de este modo su disponibilidad me- diante la ampliación de su taller –emplazado en el muni- cipio de Boadilla del Monte-, donde, en un determinado momento, convivieron elementos tan diferentes como la forja de hierro, el horno cerámico o el vidrio. “No es la visión, sino lo que ésta encierra en sí” Y bien es cierto que a veces, contemplando fragmentos de algunas de sus magnas creaciones murales, parece el artista intentar enfatizar sobre pedazos de profunda carga expresiva que, si bien pudieran parecer estar aislados –en parte debido a la solidez de la estructura de cemento o metal que delimita el alcance de la onda cromática, con- forman un todo, en perfecta comunión con los restantes componentes. “Todo arte trata de expresar lo que se siente a través de los ojos” La búsqueda de nuevas líneas de expresión supera al ar- tista hasta el punto de que los materiales empleados a tal propósito quedan relegados a una posición secundaria, aunque ciertamente influyente en su futura obra pictórica, donde hace uso del negro como perfilador o delimitador, en sustitución de lo que hubiera sido el hierro o el cemento de sus singulares vidrieras, resaltando espectacularmente S U D E S A R R O L L O Imagen retrospectiva del artista con parte de su equipo traba- jando en un proyecto en su taller ubicado en Boadilla del Monte. Madrid. Foto de archivo.

RkJQdWJsaXNoZXIy NzgyNzA=