AATIENZA

Angel Atienza nació en el madrileño barrio de Cuatroca- minos, en el año 1931. Hasta los dieciocho años, reside en Galicia, con su familia, y es en la Escuela de Artes y Oficios de Santiago de Compostela donde adquiere gran parte de su formación artística. Tras un largo período de tiempo dedicado al deporte pro- fesional, gracias al cual pudo viajar y acceder al conoci- miento de las diferentes tendencias artísticas europeas, es precisamente tras su visita a la Exposición interna- cional de Bruselas (1958) cuando el artista descubre lo que en lo sucesivo se convertiría en el bastión de toda su creación artística: el vitral de hormigón. A partir de ese momento, encarrila su vida única y ex- clusivamente por el sendero del arte, autofabricándo- se el vidrio e incorporando diferentes materiales que le permitieran conseguir recrear la solemne magnitud que caracteriza todas sus creaciones. Artista prolífico y lleno de fuerza, sus obras revelan la profundidad y el arraigo de todo cuanto ha vivido, pro- yectando en sus vitrales, sus pinturas o sus piezas escul- tóricas, un simbolismo de gran riqueza cromática, muy universal, e impregnado de matices –frecuentemente vegetales. Juega con el espacio, en una incesante bús- queda de equilibrios matéricos y espirituales, de tildes poderosamente impresionistas. Sus óleos y acrílicos, son auténticos vitrales en miniatu- ra, donde el artista –amparado en su depurada habilidad en el manejo de la paleta-, sustituye los diferentes ma- teriales que solía emplear en otros tiempos, por relieves y texturas que le permiten seguir dando rienda suelta a su prodigiosa imaginación creativa, independientemente del espacio o condiciones con las que tenga que trabajar. El arte de Angel Atienza

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